El día que respondí con un toque «cítricamente divertido»

Con esta fotografía, Ronald Mendoza ilustra las respuesta a una entrevista que le realizaron en 2012 con motivo de la publicación de su primer poemario.

Hoy recordé que, en 2012, por estos meses, mientras se imprimía mi primer poemario, recibí una llamada de Luis Chacón (QEPD), entrañable amigo que me dio su apoyo en este proceso, informándome de una solicitud que hacía una de las editoras.

Ella, me dijo Luis, pedía que en la obra se incluyera una entrevista a mi persona.

En aquel momento, y hasta ahora, yo no entendí la necesidad de someterme a una batería de preguntas; y menos aún, que mis respuestas ocuparán cierto número de páginas en el libro.

Pedí una respuesta convincente a dicha inquietud, pero solo se me dijo: ella cree que tus respuestas añadirán un toque -y cito- “cítricamente divertido” a la obra.

Finalmente acepté y respondí a 19 preguntas que hoy extraigo de mi poemario “Mieses” y que comparto aquí, para el goce y disfrute de quien desconociendo cómo perder el tiempo, ose perderlo leyéndome a mí.

Bon Appétit


Entrevista a Ronald Mendoza – Letras y voces en LAMDP

¿Con qué comenzamos?

Con un llanto. ¿Al nacer qué es lo primero que hacemos? Llorar. ¿Por qué? Porque la vida dolió, duele y dolerá. Con eso comenzamos, con dolor.

Así es que lo mejor que podemos hacer es irnos de esta vida con una sonrisa plena. Si al nacer ya fuimos vencidos, al morir podemos celebrar la revancha: volver a la eternidad de la nada.

¿Te mueve la razón o el sentimiento?

La razón, porque la razón es el sentimiento excelso. Es sentir con plena conciencia. No es encontrar, es buscar.

¿Eres coherente?

(Sonríe) Depende con qué o con quién; si es con la sociedad actual, no lo creo.

¿Cómo te hiciste escritor?

Para empezar, no me gustan los títulos, nos condicionan. Solo soy alguien que le gusta plasmar en letras lo que piensa y cree, y que ahora tiene la oportunidad de publicar. No sé si eso me convierte en “algo”; o peor aún, si eso me convierte en “escritor”.

¿Entonces por qué escribes?

No escribo «porque me toca», mucho menos porque crea que con esto se puede cosechar fama o dinero. Escribo porque me gusta.

A la fuerza ni un polvo pagado es bueno.

¿Cuál es tu legado para las próximas generaciones?

Ustedes lo comprometen a uno.

Las próximas generaciones tendrán sus propias responsabilidades, yo cumplo con la mía: vivir esta vida que no pedí.

No creo que 9 meses en el vientre de mi madre hayan servido solo para nacer, crecer, reproducirme y morir. Hay algo más, hay algo que me trasciende y que trasciende mis intereses particulares, algo que debo hacer, que aún no sé, pero que descubriré.

¿En qué crees?

¿Tú qué fe tienes? No tienes que responderme (Sonríe).

Te digo. Yo creo en el amor y en el conocimiento, sustancias del espíritu.

¿Te incomoda si te hacemos más preguntas?

Solo circunstancialmente.

¿Por qué tu pseudónimo?

Me lo “gané” dado mi entusiasmo por la literatura de Bertrand Russell. Claro, como no me quita el sueño autodenominarme de tal o cual manera, me lo dejé, aunque no escrito de la misma manera.

¿Cuál es el mensaje que das a tus lectores?

Eso se lo dejo a la obra. Los lectores tomarán lo que escribo y rescatarán de ahí lo que quieran y puedan. Yo me basto con inquietar las conciencias. Quizá ese sea mi mensaje: ¡Inquiétense!

¿Qué hora del día te marca?

Ve y pregúntale a un muerto su hora de deceso…

¿Qué haces un viernes por la tarde?

Solo pido una ciudad ausente, con calles llenas de ti y de mí, vacías de la demás gente…

¿Estás enamorado?

(sonríe) Caricaturizado, ridiculizado, por ahora no. Por el momento estoy en tierra firme.

Sabes, estar enamorado, estar frente a esa persona que capturó tu atención es como estar frente al mar.

Con sus besos la brisa, con su abrazo la playa, con su mirada el horizonte, con su entrega la profundidad. Cuando las cosas son así, ten por seguro que no cualquiera se atreverá a navegar, porque navegar es amar.

¿Por qué? Pues porque la unión romántica actual entre dos personas tiene más de interés que de amor. Por eso se exige el matrimonio, para asegurar la inversión, para garantizar el rédito de la entrega.

Todos quieren llegar a buen puerto solo chapoteando en la orilla, sin haber partido de la playa, sin haber enfrentado las incertidumbres del mar adentro, ¿me entiendes?

¿A que le temes?

Temía nacer, pero ya estoy aquí.

¿Qué piensas de las escuelas que analizan obras literarias?

Pierden su tiempo y coaccionan la imaginación del lector con su chorro de babas. Cada cual que ubique una obra y/o sus personajes donde mejor le plazca, en época, tiempo o intencionalidad.

¿Las personas aun leen poesía?

Yo te pregunto, ¿las personas aún leen?

Háblanos de tu país…

Creo fielmente en que el ser humano debe disolver los lazos primarios que lo unen a la sangre y el suelo. Solo así será en plenitud humanamente responsable. La nacionalidad nos hace indulgentes de nuestros propios males, pero si gustan, cúbranme con la bandera que mejor les parezca.

Descríbenos tu libro “Mieses” en una frase.

Preparar el suelo fértil que es nuestro espíritu, para cosechar humanidad.

¿Cuál es tu lugar favorito?

Cualquiera donde mi musa me pueda versar.

Para concluir dinos un verso o una frase que hable por ti.

No busques por el afán de encontrar, encuentra porque has alcanzado un excelso valor de buscar.

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